EL BLOG DE JIRROTE

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30 noviembre 2012

feminismo y ecología



Quiero sumarme con este breve post a las acciones de reflexión que ha habido esta semana con motivo de la celebración del “Día Internacional contra la violencia hacia las mujeres y las niñas”. Y voy a hacerlo con algunos comentarios al ciclo de cine organizado por la Casa de las Mujeres de San Sebastián (Gipuzkoa) en colaboración con el Centro Audiovisual Simone de Beauvoir de París, dedicado entre otros objetivos a la conservación, estudio y difusión del cine sobre mujeres y hecho por mujeres. Para quien lo desconozca, Simone de Beauvoir (1908-1986) fue una filósofa existencialista, militante de izquierdas y escritora, a quien se considera una de las precursoras del movimiento feminista.

Este ciclo trató sobre Delphine Seyrig (1932-1990), actriz de teatro y  cine que trabajó con grandes figuras (hombres y mujeres) de la dirección de cine. También fue realizadora audiovisual, con obras de militancia política y de temática feminista, escasamente conocidas.


Este ciclo presentaba cuatro obras documentales: un corto sobre el “scum manifesto”, un mediometraje sobre la vida de Delphine con entrevistas a figuras relevantes de su época, un corto de denuncia sobre el secuestro y tortura de la activista Inés Romeu en Brasil (años 70),  y un largo documental sobre la perspectiva feminista de la presencia y actividad de las mujeres en el cine y en la industria cinematográfica.

Menciono todo esto para contextualizar estos apuntes y sobre todo para hacer visible  aún más la acción social feminista. En cuanto a este post, voy a recoger una idea sacada del documental citado, “Scum manifesto”, en concreto sobre el trabajo y el dinero. El documental fue realizado por Delphine Seyrig y Carole Roussopoulos en 1976 y es un video-ensayo sobre el Scum Manifesto de Valerie Solanas (1936-1988) publicado en 1968.

Adelanto para quien no lo conozca que este manifesto se suele encuadrar en el feminismo radical de los 70 y mayoritariamente lo sitúan en un feminismo separatista (hombre//mujer) o de la diferencia (reivindicando la desigualdad de genero). En sí el título juega con varios significados ya que “scum” como palabra puede traducirse como escoria o deshecho social y también se suele ver el acronimo subtitulado: S.C.U.M. Society to Cut Up Men -Organización para el destrozo ( o castración?) de los hombres-. Para muchos y muchas es un ataque hostil y desmedido al hombre, consecuencia de un rencor al macho; sin embargo esta perspectiva es sólo una de las muchas con las que puede leerse el manifesto ya que también encontramos un discurso subyacente sobre la civilización, la deshumanización, la vida en comunidad, el trabajo, la dignidad humana, los conflictos sociales, la guerra, etc.

Como notas artísticas diré que el corto de Seyrig y Roussopoulos es en blanco y negro, 25 mins, un plano fijo de dos mujeres sentadas en una mesa, una enfrente a otra en simetría al eje central de la imagen; una lee en voz alta un libro (el Scum manifesto, con selecciones de citas sobre distintos temas) y la otra escribe a máquina, y de vez en cuando sube el volumen de una televisión (al fondo en el centro) en que aparecen noticias sobre conflictos sociales, desastres y guerras. En cierta forma puede leerse como un discurso inicial, sobre el exterminio del hombre (genero masculino versus macho animal), y otro en el fondo sobre las consecuencias sociales y humanas de tales actitudes que tienden a la dominación. Para este post me he centrado más en este aspecto.

Considerando el fondo del mensaje, el “manifesto” es una espléndida provocación que sacude la cultura machista, autoritaria y dominante de la época, un adelanto al punk y a otras corrientes culturales más moderadas que han venido después. Representa también una corriente de pensamiento político ligada a ciertos movimientos, más moderados en sus formas y en su expresión, como podrían ser los anticapitalistas, los antisistema, los antiautoritarios y algunas vertientes del ecologismo.

El contenido y la forma del manifesto se entiende muy bien si se conoce la biografía de su autora. Valerie fue una mujer muy enérgica y emprendedora, muy mal tratada por los hombres (abusada y maltratada sexual y físicamente en su infancia, prostituida de joven y adulta, engañada y abusada en los negocios), escritora, actriz, famosa por haber casi asesinado a Andy Warhol (artista norteamericano del pop-art) y algunos colaboradores. En general tildada de enferma mental (tratada así judicialmente), drogadicta y prostituta, aglutinaba en sí misma, por una parte, un amor por la libertad socialmente desadaptado, una relación patológica con los hombres, y una psicopática incontinencia de sus impulsos; por otra, ser una creadora y una activista política que no se identificó como tal, que actuó simplemente guiada por sus impulsos, y cuyo manifesto sigue vigente tras más de cuarenta años. Fue uno de esos personajes históricos que se colocan entre la genialidad y el malditismo y cuya influencia en el feminismo ha sido relevante.

Entrando a su mensaje político, quiero destacar la idea que vertió en su Scum en el apartado “El dinero, el matrimonio, la prostitución, el trabajo y el obstáculo para lograr una sociedad automatizada”. Un texto interesante para acercarse al Scum es: http://home.hccnet.nl/michel.post/ValerieSolanas/scumspanish.html

A partir de ahí va desarrollando ideas de cómo nuestra sociedad está basada en el principio machista del trabajo y el dinero como sustentadores de un sistema que crea desigualdades, que margina y que finalmente lleva a la dominación. A diferencia de otras corrientes feministas de igualdad y equiparación de derechos, Solana plantea (cito): “La destrucción total del sistema basado en el trabajo y en el dinero, y no el logro de la igualdad económica en el seno del sistema masculino, liberará a la mujer del poder masculino”. Aunque la igualdad económica, de salarios, de derechos laborales y sociales, etc es un objetivo del feminismo y de otras corrientes sociopolíticas, el centro de la idea de Solanas no está en la igualdad sino en el cambio de base del sistema basado en el binomio trabajo-dinero. Diferenciar ambos niveles de objetivos es importante en una ideología política y en sus estrategias derivadas. Como he citado, diversas corrientes políticas, incluida el ecologismo, consideran este principio del cambio de sistema basado en el trabajo(producción)-dinero(consumo).

Para terminar, me referiré concretamente al ecologismo, donde encontramos diversas perspectivas que subrayan estas tesis de cambio de sistema.
  • El cuestionamiento del PIB como indicador de riqueza, y la propuesta de otros indicadores basados en la felicidad, el bienestar, la salud, etc. Un país es más rico cuanto mejor viven sus habitantes y desde luego con este principio cambian las políticas monetarias, el sentido de la deuda pública, y la fiscalidad e impuestos.
  • Las propuestas del “bien común”, llevadas a la práctica empresarial suscriben estos principios pues desenfocan el trabajo y la producción como generadores de dinero, supuesto procurador del bienestar, reenfocando el sentido de la vida en las relaciones humanas, la creatividad personal, la cooperación y la creación de bienestar común, a través de productos y servicios.
  • Las propuestas del decrecimiento, basadas inicialmente en la imposibilidad de un crecimiento (industrial y por tanto productivo) infinito en un mundo de recursos finitos. Este argumento lleva a concreciones de una redistribución del tiempo dedicado al trabajo y a la vida social, ligado a un reparto basado en el lema de trabajar menos para trabajar todos; en consecuencia podemos considerar otras ideas como la de igualdad en el trabajo exterior y el doméstico, el productivo y el de cuidados, el técnico y el artístico, el individual y el comunitario.
  • Las propuestas de democratización del gobierno de las sociedades, basadas en la horizontalidad, la participación y la supresión de las actitudes y estrategias autoritarias encaminadas a la burocratización y el dominio de unos pocos. Relacionado con esto se encuentran los modelos de gobernanza basados en el trabajo en red más que en estructuras piramidales, con un reparto de las funciones de información y toma de decisiones, pensando en la cooperación más que en la competencia, y en la comunidad a la vez que en el individuo. Cambiar los enfoques patriarcales y matriarcales por los fratría, en definitiva, un nuevo enfoque del poder que se sustente en las relaciones de cooperación desde la igualdad, el compartir y la participación.
  • Las propuestas de renaturalizar la vida,
    • con una ética humanizada del uso de las tecnologías,
    • incluyendo en la economía el coste ambiental de nuestros actos,
    • gobernando y legislando con principios de sostenibilidad y teniendo en cuenta los ritmos de regeneración de los recursos naturales y las cotas de irreversibilidad de los procesos de equilibrio naturales,
    • considerando el aire, el agua, y en general el subsuelo como bienes comunes y por tanto no susceptibles de privatización,
    • dedicando parte de nuestra actividad a recuperar, conservar y preservar la naturaleza.
Y en último término  eliminar el concepto de escalón evolutivo que nos separa de la misma y pretende legitimar el ser dueños y consumidores de la misma, justificando su explotación y dominio. Recordarnos, a los seres humanos, como parte de la naturaleza.











1 comentario:

Agustin Fernandez Del Castillo dijo...

Gracias Jirrote por tu post. Un abrazo.