Para quienes no conozcan el término, Biodiversidad se refiere a la diversidad de las especies biológicas. Su mantenimiento consiste en que se mantenga la diversidad de especies, favoreciendo un equilibrio de los ecosistemas. Las políticas que mantienen la biodiversidad están dentro de lo que son políticas conservacionistas y más allá, proteccionistas.
Efectivamente, la acción explotadora de la naturaleza pone en riesgo el mantenimiento de la biodiversidad ya que la sobreexplotación lleva a algunas especies aestar en peligro de extinción. Por otra parte, el deterioro medioambiental altera tanto las condiciones del habitat natural que algunas especies no llegan a sobrevivir. Otro factor que afecta la biodiversidad son las acciones explotadoras de los recursos naturales en que se potencia el aprovechamiento intensivo de unas pocas especies, muy rentables, en detrimento de otras.
Esta amenaza ecológica es tan alarmante en nuestro tiempo que la ONU llegó a declarar el año 2010 como Año Internacional de la Biodiversidad. Aparte de los réditos de imagen de los estados u organismos internacionales, y de instituciones nacionales afines al tema, pasado un tiempo se diluyen las intenciones y las supuestas medidas correctoras. En Europa en general los estados no han llevado a cabo políticas suficientemente rigurosas para proteger la biodiversidad; en nuestro país tampoco.
Aunque ha tenido espacio en los medios de comunicación, este concepto no ha calado en la población y no figura entre los intereses comunes. Es un concepto abstracto, sistémico, que está, quizá, demasiado alejado de la vida inmediata y cotidiana que la gente puede comprender.
A veces surgen algunas noticias casi de tipo anecdótico, curiosas, que pueden hacer pensar sobre la Biodiversidad. Por ejemplo que la deforestación masiva de regiones como la amazonía pone en peligro la existencia de especies vegetales de interés farmacológico. O que los cultivos intensivos de trigo de especies rentables (por su resistencia a enfermedades o facilidad de crecimeinto) está haciendo desparecer otras especies que son un acervo cultural importante de nuestra agricultura y que podría tener nefastas consecuencias para un hipotético futuro de plagas que aectasen a las especies predominantes. O que la desaparición de especies de arroz en regiones asiáticas, por motivo del monopolio de semillas sostenido por multinacionales, limita los recursos preventivos y curativos de poblaciones que hacen uso de la medicina popular y la dieta tradicional, suponiendo problemas de sanidad pública y gastos extras en zonas de escasa presencia medica.
Hay numerosos ejemplos por los que de vez en cuando la Biodiversidad llega al conocimiento de la población y generalmente están ligados a cuestiones de tipo económico, directa o indirectamente.
Sólo lo que tiene precio importa y la Biodiversidad no ha alcanzado valor suficiente para convertirse en ideario político, mucho menos electoral.
Podemos, sin embargo, considerar la Diversidad desde otra perspectiva que no sea específicamente biológica y llegar así a las mentes ciudadanas. Por ejemplo podemos plantearnos la diversidad en fenómenos humanos y sociales como por ejemplo la cultura, las creencias religiosas o el género.
Cuando estamos en una Europa teñida de movimientos neofascistas, algunos incluso con acceso al poder de gobierno, la xenofobia sigue siendo un problema pendiente, más ahora en que la crisis económica acentúa los sentimientos de propiedad y los nacionalismos. En nuestra vecina Francia estos conflictos están ahora mismo en uno de sus puntos calientes, y la derecha ya utiliza mensajes políticos como "racismo con el blanco" que alientan la xenofobia y el sentido patriótico, desviando la atencion de la injusticia social y la explotación laboral a conflictos raciales. La multiculturalidad que podríá ser sinónimo de Diversidad cultural, está puesta en cuestión y la integración de las poblaciones de culturas diversas queda lejos del horizonte de la Interculturalidad.
Sabemos por los sondeos políticos que en ciertos sectores o regiones, la sociedad vasca está entrando en una xenofobia encubierta de motivación económica, más concretamente de caracter laboral y de recursos sociales. Esto, al margen de las políticas de gobierno que puedan afectar a la atención sanitaria de las gentes "sin papeles". Me refiero a la sociedad de a pie, a la propia clase media y media baja que ve la inmigración como un peligro para el reparto de los recursos sociales.
Y la cultura abarca también las creencias religiosas. No es que yo defienda el status público de las religiones, ya que soy partidario del laicismo, pero esto no quita para que señale la desigualdad que observo, como derecho alienado, en el tratamiento de las comunidades agrupadas por motivos religiosos. Los gobiernos restringen en la práctica las facilidades y ayudas públicas a unas pocas modalidades de creencia religiosas y limitan el conjunto de su Diversidad. La desigual política de apoyo tiene además su correlación en movimientos populares que en el tejido de los barrios se oponen, por ejmplo, a la ubicación legítima de centros de culto diversos.
Las comunidades religiosas y sus entornos de influencia mueven la sociedad, la economía e incluso la política, como es bien sabido. Préstamos, vivienda, trabajo, relaciones y otros recursos básicos de la vida en sociedad son administrados por los movimientos religiosos a la vez que hacen fieles seguidores y contribuyentes. O según otros, los intereses políticos y económicos hacen uso de las religiones para sus fines. Sea como sea, es un fenómeno social que no debe ser impermeable a la igualdad y la justicia para todas las creencias y cultos. Preferiblemente, como digo, en un marco laico.
Otro aspecto de la Diversidad es la referente al género. Aún no podemos decir que las condiciones machista y patriarcal (o incluso matriarcal) de la sociedad hayan desparecido. Tampoco podemos decir que la homosexualidad esté normalizada y aunque hayamos realizado grandes avances en el campo legal la normalización no ha llegado por completo a los niveles de la cotidianeidad de los trabajos, las familias, etc Incluiso si pensamos en el matrimonio homosexual, existen aún grandes diferencias en los derechos de las parejas homo y heterosexuales. Incluida la homoparentalidad, campo aún por trabajar políticamente en España y Euskadi. En general, la ciudadanía GTB, aún tiene muchas reivindicaciones pendientes y no siempre cuenta, salvo eventos pintorescos, con el apoyo general e incondicional que le correspondería en una sociedad igualitaria. Es más, aún estamos en tiempos de reivindicaciones y no de derechos defendidos simplemente desde el simple motivo de la igualdad.
Encontraremos más ejemplos pero estos son suficientes para plantear la Diversidad como un valor estratégico electoral. Los partidos políticos aún deben aprender a dejar de buscar votos entre las poblaciones afectadas por la discriminación, la desigualdad o la injusticia y defender la Diversidad como un valor universal en política. Convertir las causas en campañas no deja de ser una instrumentalizacion electoralista, que no me gusta nada, y lo que básicamente necesitamos es una renovación democrática donde los valores fundamentales como la Diversidad se defiendan incondicionalmente, casi como un acto de educacion social. Como un acto de institucionalizacion del derecho a ser diferentes de las mayorías, y disponer de igualdad de derechos por el mero hecho de ser ciudadanos.
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